¿Existe o ha existido en Andalucía un modelo o estrategia de desarrollo económico eficaz
y con capacidad para cambiar su situación de menor grado de desarrollo relativo?
Durante muchos años, yo mismo llegue a pensar, que
este cambio era posible y trabaje en ello que verdadera ilusión y optimismo, y
así lo deje plasmado en planes, trabajos, textos e intervenciones a lo largo de
toda la geografía andaluza. Tras llevar apartado más de 10 años de estas
labores profesionales, por diversos motivos y entre ellos una gran perdida de
fe en los postulados que entonces me movían, y ahora desde posturas mas
escépticas y grandes dosis de realidad, me llevan a plantearme si realmente
Andalucía tras muchos intentos de formulación de planes de desarrollo regional,
mas o menos bien formulados desde el punto de vista metodológico, y ensayo de
políticas sectoriales y territoriales, con importantes esfuerzos inversores en
ocasiones, me planteo esta reflexión sobre: si se ha conseguido reducir el diferencial de desarrollo, respecto a otras
Comunidades Autónomas, de que partía en los inicios de la democracia y la
configuración del estado de las autonomías.
Un texto fundamental que vio la luz en 1983, del que se han cumplido 30 años de su publicación y que se
elaborado durante 1981, fue el informe
“Claves para el desarrollo Económico de Andalucía”, en el que tuve el
honor de colaborar en mis últimos años de carrera junto a un grupo de mis
profesores de universidad, luego amigos y compañeros de viaje. En este texto ya
se ponía de manifiesto la debilidad del tejido industrial en Andalucía, el
mayor peso de un sector primario escasamente desarrollado y con poca conexión
con la industria, y un importantísimo peso de un sector servicios muy heterogéneo.
Este informe inspiro de alguna forma el diseño de los
primeros Planes Económicos que se diseñaron desde el gobierno andaluz, al que
le fueron sucediendo distintas versiones hasta su final abandono, y que algunos
casos solo llegaron a ser referente para orientar las inversiones publicas en
infraestructuras, cuando no un puzzle armado de manera artificiosa, en torno las
actuaciones en marcha, y luego puestos en forma de acciones coadyuvantes al
cumplimiento de los objetivos y políticas de dichos planes, el papel lo aguanta
todo.
En otras ocasiones el desarrollo de algunos sectores
e industrias o enclaves económicos, fueron un factor exógeno y que mas o
menos coincidieron en el tiempo de la vigencia de estos planes, aunque se les
intento atribuir su implantación a la actuación decidida, y quizás convencida,
en aquellos tiempos a la política desarrollada, como fue el caso de la entonces
naciente industria aeronáutica, germen de lo que es hoy la planta de Airbús en
Sevilla. Sobre la que estos días hemos conocido una alerta sobre el escaso
impacto que ha tenido sobre las empresas regionales para ganar dimensión e
integrase en este gran complejo, aunque sin duda, ha supuesto factor de
desarrollo y empleo, pero de carácter exógeno.
El sector agrícola ciertamente se ha trasformado y
perdido peso en las actividades primarias, ganado en la generación de valor
añadido y en exportaciones, aunque tampoco ha adquirido músculo suficiente para
ser el motor del desarrollo industrial andaluz, como se pretendío.
Las mejoras en las actividades del sector servicios,
netamente autóctonas, como el turismo han experimentado importantes avances en
cuanto a los parámetros de calidad del mismo, pero sin superar del todo el
esquema estacional y la orientación “sol y playa” poco generadora de riqueza.
El sector de la construcción, quizás merezca una
consideración especial, pues ha sido en Andalucía uno de los sectores donde el
sector tuvo mas peso relativo el 13,5 % de las empresas, y también fue el que experimentó un mayor crecimiento y empuje en el PIB, tanto directa como
indirectamente en los años previos a la crisis, pero donde la destrucción de empresas y empleo , ha causado
también importantes estragos , habida cuenta
del escaso tejido industrial y de la existencia de otros sectores que pudieran
amortiguar mejor la crisis iniciada en 2008.
Andalucía puso en marcha desde el
inicio de su andadura autonómica un sistema de planificación regional, mediante la
sucesión de una serie de planes económicos, que orientaran su política
económica en el largo plazo para sacar a la región de su atraso relativo,
aunque dichos planes fueron debilitándose en el tiempo, convirtiéndose mas en
un ejerció metodológico en el que integrar sus actuaciones en materia de
inversiones y orientar el presupuesto. Posteriormente en los años 90,
concretamente el año 1993 se pone en marcha una experiencia única en España,
basada en el espíritu de los Pactos de la Moncloa, y que se denominó
Concertación Social. Mediante estos acuerdos tripartitos de la Administración
Autonómica con empresarios (Confederación de Empresarios de Andalucía)
CEA y sindicatos mayoritarios UGT y CCOO, se pactaban o concertaban sus
políticas estratégicas de desarrollo, en ocasiones anticíclicas, en un clima de
acuerdo y “paz social”, mediante la adopción de una serie de medidas de tipo
social y económico, destinadas al desarrollo económico, empresarial y a la
creación de empleo en los que se comprometieron
durante su vigencia un total de 42.800 Millones de Euros de fondos
públicos.
Andalucía durante bastantes años experimento
crecimientos superiores a la media española y baso su crecimiento, en PIB y
empleo, precisamente en base a esos
sectores constructivos, ahora extinguidos y vinculados a la turismo
residencial, pese a los riesgos que ello conllevaba y las advertencias de los
analistas, no dando frutos en modo alguno los intentos por crear un modelo
productivo mas sólido, basado en la industria y en sectores autóctonos con
proyección exterior, salvo la agricultura.
La crisis ha golpeado duramente a
Andalucía, y quizás en mayor medida que a otras CCAA, tanto por la práctica desmatelación del sector de la construcción como por la deslocalización o cierre de importantes empresas industriales,
sin que se haya producido una absorción de la mano de obra por parte de su
raquítico sector industrial y el escaso tejido empresarial.
Asimismo otras actuaciones como las políticas activas
de empleo, transferidas a la Comunidad Autónoma de Andalucía desde el
2004, han revelado sus escasos
resultados, al igual que lo han hecho las actuaciones llevadas a cabo a través
de la Concertación Social , pese a el
importante volumen de recursos destinados, ahora cuestionados exclusivamente
por las posibles malas prácticas
de algunos de los agentes concertantes y
no de la precariedad de sus resultados y lo elevado de sus costes.
Cualquier indicador
de eficacia pone de manifiesto que la situación de Andalucía respecto al
conjunto de España no ha mejorado ni en términos de PIB, ni de renta per
cápita, ni de empleo en los últimos 20 años después de siete acuerdos de
concertación, varios planes económicos y una fuerte inversión procedente de los
Fondos Europeos, mientras que hemos sufrido la crisis más intensamente que la
media nacional, tenemos la mayor tasa de paro de España y nos alejamos de la
media de los indicadores de la Unión Europea, y ello a pesar de que en este
tiempo hemos recibido cuantiosos fondos europeos, además de transferencias
netas del resto de España.
En la situación actual de crisis generalizada, contención del gasto publico
y recortes sociales y salariales, caída de la demanda interna y ausencia de
crédito, ¿que margen tienen los estados en el seno de la Unión
Europea ?, donde los países han perdido
gran parte de su autonomía, aunque no toda, pero en la medida que la política
monetaria, fiscal y presupuestaria, ha quedado en manos de la Unión los
márgenes para desarrollar políticas económicas propias sin salirse de las
restricciones impuestas por la Unión son escasos o muy limitados.
¿Y a nivel de las Comunidades
Autónomas hay o ha habido algún margen por si solas para, diseñar políticas
independientes (netamente autónomas) que les permita salir de situaciones de
crisis o atraso ?, que no vengan acompañadas de las macro políticas nacionales.
Si tenemos en cuenta que la legislación laboral, fiscal, las grandes
directrices en materia industrial, comercial, y por supuesto exterior están en
manos del estado, y que el resto se encuentran residentes en la Unión Europea,
¿hay margen de cambiar la estructura productiva regional? En principio
podríamos afirmar que margen hay, aunque limitado y a largo plazo, y lo ha
habido con la ayuda de los fondos europeos, que ahora también empiezan a
menguar.
La teoría económica así lo contempla,
pero siempre condicionado por la coyuntura económica que es una variable que
escapa al control de las autonomías, las CCAA pueden cambiar algo la estructura
en el largo plazo a través de sus esfuerzos acertados y permanentes
infraestructuras, realizando una labor activa a favor de sectores económicos y
territorios, favoreciendo la creación del tejido su empresarial y
apoyándolo. En principio si en los tiempos de bonanza o ciclo alcista de la
economía se crece por encima de la medía y en los recesivos, se decrece por
debajo de la media o se han conseguido bases tan sólidas para no decrecer,
situación alto improbable, la estructura de partida puede evolucionar hacia
mayores niveles de desarrollo económico.
Pues si bien la Andalucía de los 80 no
es la misma que la de 2013, tampoco lo son el conjunto de las CCAA españolas,
con lo que después de 30 años de planificación regional y 20 años de
Concertación Social, las diferencias en cuanto atraso relativo y falta de
desarrollo económico apenas se ha modificado.
¿Podemos afirmar
rotundamente que ha habido un modelo de desarrollo y que se hayan logrado los
objetivos planteados o explicitados formalmente ?, seguramente a la primera
cuestión responderíamos que ha habido un intento, al menos, pero a la vista de
los resultados podemos afirmar que dichas actuaciones casi han carecido de impacto, si por logros hay
que medirlas, sin bien no se ha retrocedido en posición relativa tampoco el avance ha sido apenas significativo.
Cabe plantearse ¿si es
posible hoy día una política regional que cambie el estado de las cosas?
tampoco la respuesta puede ser rotunda, a mi juicio, aunque de difícil
respuesta pues pasaría por aprovechar los ciclos alcistas para consolidar y
ganar músculo en tejido productivo menos vulnerable a los ciclos y las crisis,
ser muy selectivo en el tipo de sectores e infraestructuras a poyar cuando se
trata de invertir los recursos públicos, provenientes ya casi exclusivamente de
la Unión Europea, apostar por la innovación tecnológica y la investigación y
desarrollo tanto en sectores como en recursos humanos, pero siempre en conexión
con el tejido productivo, y en como caldo de cultivo para que esto funcione una
administración que no malgaste recursos, que apoye la creación de
infraestructuras de manera quirúrgica y planificada, no se trata de acometer
cuantiosas inversiones improductivas en cada capital de provincia que demande
una macro-palacio de congresos, una universidad propia o un parque tecnológico,
como decía el spot publicitario de una marca de neumáticos “la potencia sin
control no sirve para nada” o solo para comprometer a las arcas publicas en
inútiles y costosas obras de infraestructuras, que también las tenemos, por
citar algunos ejemplos: un tranvía en Jaén que nunca ha funcionado, un estadio Olímpico en Sevilla
que nunca fue olímpico y escasa veces estadio , o un parque empresarial en el
Puerto de Santa Maria construido con dinero publico para albergar a una solo
empresa que también sucumbió a la crisis o a la deslocalización.
http://blog.funcas.es/?tag=pib-y-pobreza-ccaa
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=21738
http://www.bastaya.org/actualidad/Lascuentas/EstudioCCAA.pdf
https://www.econbiz.de/Record/claves-para-desarrollo-econ%C3%B3mico-andaluc%C3%ADa-informe-junta-andaluc%C3%ADa-sobre-las-potencialidades-econ%C3%B3micas-andaluc%C3%ADa-perspectiva-entrada-cee/10000737974
Antonio Urbano Mármol
http://www.forumlibertas.com/frontend/forumlibertas/noticia.php?id_noticia=21738
http://www.bastaya.org/actualidad/Lascuentas/EstudioCCAA.pdf
https://www.econbiz.de/Record/claves-para-desarrollo-econ%C3%B3mico-andaluc%C3%ADa-informe-junta-andaluc%C3%ADa-sobre-las-potencialidades-econ%C3%B3micas-andaluc%C3%ADa-perspectiva-entrada-cee/10000737974
Antonio Urbano Mármol
Economista, Investigador y Profesor Honorario de la Universidad de Sevilla.
Máster en Alta Dirección de Instituciones Sociales por el Instituto Internacional San Télmo.
Diplomado en Procesos y Planificación del Desarrollo (ILPES, CEPAL, IEHA)
Funcionario de los Cuerpos de Gestión Financiera y del Cuerpo Superior de Administradores Generales de la Junta de Andalucía.Diplomado en Procesos y Planificación del Desarrollo (ILPES, CEPAL, IEHA)