sábado, 7 de junio de 2014

EL CAPITALISMO CONTADO A LAS OVEJAS: ¿Hacia un nuevo modelo económico ?

Después de cinco meses de silencio, demasiado para lo que venia siendo mi  costumbre en este blog personal, de al menos una entrega mensual, hoy vuelvo con una reflexión y un descubrimiento,  y no por que durante este tiempo me hayan faltado ganas ni ideas, sino por que me negado a reiterarme en poner de manifiesto mi incredulidad en la bondad de las medidas anticrisis y sus dudosos resultados para el conjunto de la sociedad, ni a propugnar modelos alternativos no demostrados empíricamente o ya ensayados o puestos en practicas fuera de nuestro ámbito socioeconómico, como los modelos populistas aplicados en algunos países de América Latina cuyas nefastas consecuencias no tardaran mucho en manifestarse para la población o las empresas, si no es que ya lo están haciendo.

Tampoco quería recurrir a ideólogos alternativos, que los hay, y a algunos hasta conozco personalmente, cuyas propuestas y soluciones distan mucho de ser viables en una encomia libre y democrática de corte occidental, pese a lo aparentemente atractivo de algunas soluciones propuestas como nacionalización de la banca, eléctricas, autopistas etc…….. y no es que a la postre no se hayan puesto en marcha en España nacionalizaciones, pues ya sabemos los cuantiosos coste que han supuesto los rescates bancarios, y la nacionalización de las perdidas del sector inmobiliario por parte del “banco malo “ SARED, o alguna autopista, solo que el enfoque nacionalizador es  distinto, siempre salvando la retaguardia del gran capital, es decir socializar perdidas y privatizar beneficios, como no podía esperarse de un gobierno neoliberal, al dictado de también los neoliberales que rigen los destinos de la Unión Europea, el FMI y la Troika.


 Mi desazón y sequía editorial, no era por falta de inquietud, sino  por no resignarme a pensar, a tener que defender y escribir que épocas de crisis, como la que nos sacude desde 2008, los modelos económicos de corte social, se muestran ineficaces y la única receta viable y contrastada empíricamente en los países de nuestro entorno socio-económico y político son las medidas y políticas de corte estrictamente liberal, basadas en los recortes sociales y salariales , en la perdida de de derechos laborales y la contención del gasto publico, necesario para poner freno al déficit publico, pero contraindicado para generar crecimiento económico y empleo. 


Y lo peor de todo tener que admitir que las políticas económicas de corte social demócrata, solo pueden aplicarse en épocas de bonanza, con independencia del acierto de las medidas para generar un tejido económico sostenible por si mismo e independiente de las ayudas públicas y resistente a los envites de los mercados, cuando no citar los despilfarros y desmanes en la gestión de los dineros públicos, aunque esto ya es harina de otro costal, pues estos despilfarros los han cometido tanto gobiernos de corte social como liberal, y no hay nada mas que mirar la distribución geográfica de obras publicas costosas y sin rentabilidad que decoran la península ibérica en su totalidad, en comunidades autónomas gobernadas por partidos de todos los signos.

Con el estallido de la crisis económica actual en 2008 y el arrinconamiento de los modelos económicos sociales en favor de los pulcros y desalmados modelos liberales, basados exclusivamente en los recortes sociales y en el desmantelamiento del estado del bienestar, logrado en épocas de bonanza económica, todos nos revolvíamos en nuestras mesas de estudio, pensando si seria verdad que la única salida de la crisis solo seria posible con la aplicación de estas dolorosas recetas para las clases trabajadoras y medias, donde a base de recortes salariales, perdida de empleo y traumáticas reformas del mercado de trabajo, nos devolvieran  la creación de empleo, aunque ahora en condiciones mas precarias y peor retribuidos, y al crecimiento económico, mientras se observa como los ricos de siempre lo iban siendo aun mas, frente a  una depauperada clase trabajadora, que asiste atónita a importantes rescates bancarios con dinero de todos, mientras a las familias y trabajadores no les rescata nadie, y ven ejecutadas sus hipotecas o a pequeñas empresas a los que el sistema financiero no les concede crédito, mientras la banca toma dinero barato de los bancos centrales para colocarlo cómodamente en deuda publica, mientras los de siempre la gran banca y grandes fortunas siguen aumentando sus beneficios y riquezas. Al tiempo, paradójicamente, que los liberales tan contrarios a las subidas de impuestos, en teoría, se ceban sobre las rentas salariales para equilibrar los presupuestos de ingresos, mientras las rentas mas altas, las empresas y la gran banca, son las que menos contribuyen.  



También nos negábamos muchos, entre los que me encuentro,  a aceptar, por falaces e ineficaces,  las recetas de escasa implantación mundial y de corto recorrido en sus resultados emprendidas por los pensadores y gobernantes de corte populistas, aunque algunos de sus paladines hayan obtenido un nutrido puñado de votos en las recientes elecciones al Parlamento Europeo. 

Nos hacia falta un análisis riguroso para entender lo que está pasando en el mundo occidental, y desmontara algunas "verdades” tomadas como dogma “único" para sacarnos de la crisis y vislumbrar cuales será el escenario futuro tras la batalla, a partir no solo de la visión del pasado sino de la realidad palpable que ya se evidencia.
 

Y aquí el hallazgo,   presten atención a Thomas Piketty, este economista francés catedrático de la Universidad de París, quien ha puesto de manifiesto en su libro “El capital en el siglo XX” que el capitalismo no es un sistema moral, cosa que ya intuíamos, aunque mas por planteamientos de pensamiento político que por rigurosos análisis, y que a lo largo del siglo XX  las desigualdades sociales, consideradas como mal menor de las sociedades capitalistas occidentales, en este caso fruto del mercado, se irían mitigando con el nivel de desarrollo de la sociedad, mientras que en modelo social-comunista, por el contrario, de menor presencia mundial afortunadamente, estas diferencias son consecuencia del sistema político en si mismo y de sus derivas dictatoriales o de élites dirigentes, También evidencia Piketty que estas diferencias no se nivelan, por la meritocracia o el dinamismo social como afirman los defensores del mercado a ultranza , sino que tienden a acentuarse , a heredarse y perpetuarse.


En la obra de Piketty se ponen estadísticas sobre la evolución y concentración de la riqueza en EEUU a lo largo del siglo XX, observándose como cada vez un menor porcentaje de población es la que acumula mayor parte de la riqueza. No tenemos mas que consultar los datos que sobre España ha puesto de manifiesto recientemente Cáritas sobre el aumento del numero de pobres y la concentración mayor de la riqueza en un reducido grupo de población, o lo que sucede tanto en los países de Europa o incluso en países como Rusia, anteriormente comunista, las élites políticas han sido sucedidas en el poder ahora económico  capitalista por otras de nuevos ricos, y en no pocos casos en manos de los mismos individuos que antes dominaban los resortes del poder político.

Afirma Piketty que los factores políticos son los únicos capaces de transformar esta situación y que con desigualdad no existe una democracia verdadera. El capital en el siglo XXI, ha despertado una atención inusitada en la comunidad académica internacional. Así el nobel Paul Krugman ha incluido una crónica de la publicación en su columna en ‘The New York Times’ advirtiendo de la magna obra del estudioso galo que podría ser el libro más importante del año, quizá de toda una década, en materia económica.

El planeamiento  de Piketty concurre en un momento crítico en la evaluación del tema de la desigualdad, dos elementos parecían estar fuertemente consensuados y no sujetos a discusión. El primero que una determinada desigualdad de renta y patrimonial es inevitable e incluso inherente a la diversa generación de valor de los distintos grupos y personas. El segundo que una desigualdad extrema e injusta es éticamente inasumible. La gran diatriba se centraba en si la desigualdad además de su reprobable factor de descohesión social era ineficiente desde un punto estrictamente económico.  La desigualdad contrae la renta global y se considera en su consecuencia ineficiente en el funcionamiento de las sociedades. También y para sorpresa general hasta los economistas del Fondo Monetario Internacional, poco dados a desvirase del guión,  han publicado al menos tres informes en los últimos seis meses, en los que toman partido al afirmar que la desigualdad injusta es regresiva, desestabilizante e ineficiente y que las políticas de redistribución son congruentes con los postulados de la eficiencia económica, loados sean los dioses parece que alguien se cayó del caballo.



Hace no mucho escuchaba a una entrevista al actor José Sacristán, y cuando se le preguntaba por la situación de España, este respondía que  no podía esperarse otra cosa de un gobierno liberal, que en definitiva podía ser eficaz en cuanto a la solución de los problemas pero siempre en beneficio de las élites dominantes, y eso no era ninguna sorpresa, para preguntarse acto seguido, cuestión que mas me sorprendió en su respuesta que  ¿Dónde esta la izquierda? y no solo en nuestro país si no en Europa. Recientemente hemos asistido a como el nuevo gobierno de Hollande, quizás el ultimo resistente europeo a los postulados del recorte y la austeridad dictados por Merkel, encabezado por el hispano francés Manuel Valls acometía también un importante paquete de recortes económicos.

Posiblemente que se tengan en cuenta estos nuevos planteamientos, unido a la reciente renovación del Parlamento Europeo, donde ninguno de los dos grandes partidos mayoritarios han obtenido una clara mayoría, que le permita imponer sus lineas políticas sin tener que consensuarla con el resto de los grupos abra una puerta de esperanza a nuevos enfoques económicos que mitiguen las desigualdades que han acentuado la crisis, habida cuenta que las grandes decisiones de política económica comunitaria como son la aprobación del presupuesto de la Unión y el diseño de determinadas políticas sectoriales y económicas recaen sobre el Parlamento.

Como siempre se dijo que los niños vienen de París, y la valiosa y solvente aportación de Pikkety que también procedente de la ciudad de la luz, viene a alumbrarnos sobre el comportamiento y consecuencias del modelo puro de libre mercado, y esperemos que sean tan influyentes el el diseño de las políticas económicas venideras como en su día lo fueron decisivas las aportaciones también parisinas de Rousseau, Voltaire y Montesquieu al pensamiento de la Revolución Francesa, y que sin duda abre un marco de reflexión, que cuestiona el resultado  de las recetas estrictamente económicas ante la crisis.



De esto no solamente debe tomar nota los postulados a ultranza del mercado puro ( es decir los liberales  o la derecha para entendernos) si no también la izquierda social demócrata europea, que anda buscando a la luz de la última farola donde perdió su hoja de ruta, cuando posiblemente la traía perdida nada mas salir de casa, pues cuando bajo las siglas socialdemócrata la política económica aplicada, no difiere sustancialmente de que aplican los contrarios, y perdonen la simplificación, sin tener en cuenta otros matices sociales que en ocasiones los hay y en otras se reducen al mero eslogan. Las estrictas recetas económicas neoliberales, sea quien sea el que las aplique, si no van acompañadas de otras medidas políticas y sociales de hondo calado trasformador de la sociedad y tendente a disminuir las desigualdades, no nos llevarán a un mundo mejor y mas equitativo en lo social, lejos de la pensar que la "mano invisible del mercado" cuando pase la crisis devolverá las cosas al estado previo al estallido de la misma, si no a una sociedad mas injusta desigual e ineficiente económicamente.

Creo que con la aportación de Piketty hemos encontrado los argumentos y cuerpo teórico que algunos andábamos buscando, incluida la social democracia europea, desaparecida en combate o carente de postulados teóricos sólidos para hacer frente, a este nuevo fantasma que recorre Europa "el neoliberalismo salvaje".





Siempre nos quedará París ( Jumphrey Bogart en Casablanca)









http://www.diariodesevilla.es/article/opinion/1805488/piketty/espana/y/desigualdad.html
Antonio Urbano Mármol
Economista,  Investigador y Profesor Honorario de la Universidad de Sevilla. 
Máster en Alta Dirección de Instituciones Sociales por el Instituto Internacional San Télmo.
Diplomado en Procesos y Planificación del Desarrollo (ILPES, CEPAL, IEHA)
Funcionario de los Cuerpos de Gestión Financiera y del Cuerpo Superior de Administradores Generales de la Junta de Andalucía.





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